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_bQ52 1998
090 _aPlanta Baja
100 1 _aQuoist, Michel
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_cMichel Quoist
250 _a6° Ed.
264 1 _aEspaña :
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_c1998
300 _a276 ;
_c19 cm.
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505 0 _aGracias a sus extraordinarios logros, el mundo moderno es prodigiosamente bello y grande. El hombre, orgulloso de sus conquistas y de su poder sobre la materia y sobre la vida, parece dominarlo cada dia mas. Pero a medida que con la ciencia y la tecnica domina el universo, pierde el hombre el dominio de su universo intimo. Penetra en el misterio de los mundos, en el de los infinitamente pequeños y el de los infinitamente grandes, y se pierde en su propio misterio. Quiere regir el universo y no sabe regir su propia persona. Domeña la materia, pero cuando deberia -libre de su tirania- vivir mas del espiritu, la materia perfeccionada se vuelve contra el, lo esclaviza y el espiritu muere. Pero si el espiritu se menoscaba, el hombre peligra, ya que la carne de su amor, la maquina que construyo, la ciudad que levanto, el mundo que edifico, se vuelven contra el y lo aplastan. La materia escapa nuevamente del hombre; desaparece el hombre. Hay que comenzar de nuevo. A pesar de todo, el mundo moderno entusiasma y no solo no tenemos derecho a frenar su fulgurante progreso, sino que tenemos la obligacion de trabajar en el en vez de huir del mismo. No obstante, hay que rehacer al hombre para que el universo, por medio de el sea rehecho en el orden y en el amor.
526 _aTodas las carreras
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